2.9.08

Lo que se hereda no se hurta

Cuando yo era chica mi madre transitó por una época de "yo te lo hago". Consiguió una máquina de coser, quién sabe de donde, y horribles revistas "Burma" de 10 ó 20 décadas anteriores con unos moldes para confeccionar ropa demodé para niñas. Tomó centímetro y me sometió a la dura tarea de la hija contenta porque mami, me va a hacer un vestidito y un enterito también, y de paso una blusita y también ya que estamos vemos si me alcanza la tela para una camperita.
A mi claro está, me gustaba más la mamá de "Vamos a Harrods", o a Santa Fe, a buscar algo de Hendy (viste que apareció otra vez Hendy, y Kitty también!), pero no, en esa primavera, ella tenía el deber ser puesto en la mamá costurera. Y le quedaron lindos los vestiditos hechos con esa tela de floripondios que hoy de tan vintage que eran ni siquiera te los pondrías. Pero yo sí. Yo me los puse. Y los usé como corresponde toda la primavera. Y me parecían horribles, completamente fuera de moda, me veía al espejo y sentía que era una mezcla de Heidi con Alicia en el país de las maravillas. Todo muy lejano a la ropa de Hendy, o de OshKosh que quería vestir. Pero los usé igual, porque en el fondo la quería, y la quiero, y a pesar que me resultaba y me resulta absolutamente impensado dejarme besar, tocar, abrazar o acariciar por casi cualquiera que no sea mi hija o G., porque no lo puedo manejar, che, no es que soy mala... simplemente que me da como una especie de rechazo eléctrico y eso no significa que no te quiera viste... Por eso me parece que como mínimo es injusto que venga y me reproche como al pasar, eso de "si, vos siempre fuiste un puercoespín, ya de chiquita te limpiabas con la mano los besos en la mejilla"... Un puercoespín puede ser, pero el único puercoespín que usó durante toda la primavera esos vestiditos horribles, para que ella, mi madre, se sintiera contenta.
Hoy pasado ya unos años, debo admitir, que algunas veces, sobre todo cuando se acercan los actos de fin de año del jardín de R., o alguno similar que implique disfraces, customizaciones y demás, como si me olvidara de lo vivido, me pongo el traje de costurera y me entrego a la obsesiva tarea de buscar telas, cortar y coser prendas talle 4 y decorarlas ad-hoc, con la ilusión de que mi hija vista orgullosa el modelete hecho con mis propias manos y se invente un mini fashion day, que estoy segura que R. atesorará en su memoria, de la misma manera que hoy yo, como un maravilloso gesto de parte de su madre. Y sino, prometo solemnemente que le pagaré la psicóloga.

4 comentarios:

Leticia Chopi Sofiro dijo...

ajá!! Y porqué siempre me "cargan" a mí con mi electricidad????
Los disfraces que le haces a R son hermosos.... los de tu mamá no lo sé, pero si ya te los pusiste....
Cada vez que pienses "le voy a pagar el psic" es porque tenés que ir vos!!!! jejeje
Un saludo (porque si te pasa la corriente quedaremos pegadas)

Anónimo dijo...

Y no estaban de moda los floripondios? O era en los ´60s? Y qué es la moda? Y no te gustaba que tu mamá se dedicara a vos? Que desparramara las Burdas (eran caras!!!) para elegir modelitos?
Y no te reías cuando la tela no le alcanzaba y ella empezaba a dar vueltas las telas con floripondios para que coincidieran y no terminaran en un puro arte abstracto? A lo mejor hubieras preferido eso, no? Y por qué yo no puedo hacer preguntas?

Leticia Chopi Sofiro dijo...

Sí que podés preguntar, Lucy? recién lo hiciste... y lo hiciste muy bien!! Si uno da respuestas también las puede hacer...
Mena: No habrá alguno de esos modelitos para ver? me encantaría... sabés que mi madre me hacía los pantalones chupines y se me retorcían a lo largo de la pierna??? Igual me los ponía... obvio.

Anónimo dijo...

siempre se trata de eso... ahora estamos yendo para atras, y no se si haciendo ochos. y despues volvemos, porque queremos ser la madre que nuestras niñas vean como super cool y super top... aunque en 20 años, en terapia, las muy guachas hablen de nuestra compulsividad por "yo te lo hago", que no es otra cosa que mimarte, ya que si te diera un abrazo le darias un ladrido.