4.8.08

No me vió?

Definitivamente me dejé de joder, de dar vueltas, de canalizar en mi pobre hijita todo lo que me gustaba y no me atrevía, o me atrevía y no encontraba el momento y me fui a la peluquería. Descubrí que era más fácil renovar mi look que seguir persiguiendo a R. con hebillitas, y promesas de gran variedad de peinados que después nunca me salían.
Entonces dejé a la nena en lo de la Bis Bis, me tomé el 15 y me fui bajo la llovizna y con un rodete casi incrustado en la cabeza a la pelu.
Y me lo tomé enserio eh!, porque no fui a una peluquería cualquiera. No no, fui a una de esas bien palermitanas, modernas, de las que figuran en la guía cool de Buenos Aires; esas que te prometen un corte de diseño y una renovación total en 5 minutos y sin secador. Y le hice caso al fashion corta pelo y me dejé hacer un corte moderno de esos que la tijera no para de hacer chuc chuc por todos lados, pero manteniendo el largo, eso sí, porque se lo prometí a mi hija y a mi marido también.
Y entonces salí del gurú-del-cabello's place, convencida de que mis rulos eran lo mejor del mundo, porque entre otras me los piropeó el coiffeur palermitano y si él lo dice, seguro que ha de ser así. Y empecé a caminar por las callecitas del SOHO tercermundista con la convicción de que por primera vez en la vida había hecho lo correcto en materia cabelleril: que no haber pasado del largo que casi casi te llega al culo, al corto corto que se me ve el cuero cabelludo fue un verdadero acierto. Porque en el medio hay matices, y los matices también te renuevan y que con este corte moderno y de vanguardia estoy más guapa y joven que nunca.
Y entonces caí en la tentación y entré al kiosco a comprar tutucas, pochoclo o no se qué de trigo o maíz, ya no me acuerdo ni como se llaman, lo que sí me acuerdo es que... me cago en el puto kiosquero!
Qué necesidad tenía de despedirme con un contundente: “hasta luego señora”. Pero no se dió cuenta que me corté el pelo? Eh!? Qué ya no tengo ese rodete inmundo que me avejentaba enormemente?. El muy desgraciado del kiosquero no se enteró y tampoco se enteró que me pinté las uñas de rojo, que me vestí de rojo y qué no se si soy una chica al rojo vivo, porque obviamente alguien como yo, con mi juvenil y renovado look no sabría ni de que se trata esa película.
Pero tampoco notó que no entré al kiosco a comprar harina para amasar los tallarines del domingo. No. Entré a comprar tutucas para ir comiéndolas por la calle mientras garúa finito sobre mis rulos modernizados. Y que eso no es para cualquiera, ya que esas bolsitas que te venden por 1,75 no son aptas para “señoras”, porque si las señoras se las comen todas de una, terminan con unos gases y una inflamación de abdomen que las dejan de cama y que ni el guiso de poroto más ofensivo le puede competir a la destrucción estomacal del pochoclito. No se da cuenta que a esos pochoclitos de mierda lo consumen la gente joven? Eh! No se da cuenta!
Kiosquero mala onda! Usted se vió al espejo? Eh! No se dio cuenta usted que su cabeza ya entró a la categoría de pelada franciscana? Y que no se arregla con tres pelos largos peinados de costado? Eh?
Tenía necesidad de mandar mi ego más abajo que la línea de subte y recordarme que el DNI no miente, y que aunque nadie se de cuenta ahí está el tirano almanaque pegadito en la heladera recordándome como quien no quiere la cosa, que ahí están, éstos son, que ya están por llegar los malditos 35, y que por supuesto, no se cambian ni con un corte a la chuc chuc!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Loca, Loca, Loca!!!! Con tu sandía bajo el brazo y un carrousell!! (O no era así???) Ay, me ha hecho efecto el vino. Treinta y cinco años de sensualidad a flor de piel. No me jodás!!! Los rulos son una trampa para encajetar los dedos de tu mino y tenerlo así mirandote a los ojos por un eterno minuto de sensualidad.
Que sabés vos!!! Empezá a aprender y eso se logra sólo disfrutando. Señora, señorita, niña, milaidy o lo que sea.

Leticia Chopi Sofiro dijo...

jajaja! Tus comentarios... Lucy, me hacen reir y me enternecen (aunque no sepa quien sos y tal vez me lo imaginen, por lo segundo que me provoca...)
Mena, te ví con los rulos cool, te ví el cuero cabelludo, te ví peinada y despeinada... no soy como el kioskero... que solo te vió con el reciente cambio!! y que mal "lo de señora"... si para mí sos una pendeja! (como yo, cof-cof)
que también fuí la misma peluquerí y salí con el flequillo de Juana de Arco y nadie se dió cuenta!!!
En cuanto al pochoclo bajo la llovizna, me encantó la imagen: el agua ablanda la masa del pochoclo y Dorian siempre se mantiene joven!!!!