25.6.08

Para empezar

Ayer estaba en la cocina, preparando la bendita cena y me dieron unas ganas terribles de volver a escribir. Claro, no lo podía hacer en ese mismísimo momento, imaginate decirle a G o R, pero sobre todo a G, bueno mirá, que el pollo se haga sólo, que yo me voy a escribir... por eso mientras me fijaba que se dore pero no se queme, iba dictándome a mi misma todo aquello que me hubiera gustado poner en el papel, mi mente a tres mil revoluciones, una oración tras otra... y como me gustaría estar sentada frente a la máquina y darle a las teclas... y si!....te dije que yo rallo la zanahoria, tomate cherry alguien va comer?
R: Yo mami! Y lentejuelas también. (lentejuelas = lentejas, no es genial?)
Yo: bueno, si si... no me pasa nada, estoy pensando en otra cosa... nada más...
G: en qué? Seguro que no te pasa nada? A ver.. esto se te desinchó? Tomaste el remedio? Si querés te llevo a la guardia.
Yo: Pero no, chancho, no me pasa nada, estoy cansada nada más, y estaba pensando en que por ahí... no sé.. que pasaría si lo subo a un blog?.
G: qué cosa? Me pasás la ensalda?
Yo: No sé, lo que escribo, mi blog.. si hago un blog
G: Y para qué, con que fin?
Yo: con ninguno, me gusta escribir nada más... tengo que tener un fin en particular?
G: no para nada. Y hacete un blog si querés.

Casi sin pensarlo, porque si lo pienso mucho, zas, otra vez se queda dos años más en el escritorio de mi computadora, y termina pasando como con casi todo lo que tengo ganas y no hago, como las clases de percusión que algún dia empezaré o como acrobacia que ahí me espera, pero siempre me termino enredando en una tela imaginaria que no permite que me suba a la tela verdadera, por todo eso y por muchas más que ahora no tengo ganas de contar, ni de enumerar... acá vá. Que no es lo mismo que acabá, todo junto y con b larga, esto mas bien es un empezá... pero no te prometo nada, eh! Tal vez escriba sin parar, tenga siete u ocho entradas por dia, y tal vez no escriba nada por un tiempo, o no se me ocurra nada, y entonces ponga algo de aquello que alguna vez escribí y sigue ahí en la soledad del escritorio de mi computadora, o tal vez tenga la necesidad imperiosa de escribir todo el tiempo sobre la cotidiana rutina, lo único que tengo hoy verdaderamente mío.

1 comentario:

Anónimo dijo...

0 (cero) comentario ES OFENSIVO. Se da de patadas con las lentejuelas, las batucadas o los tratados sobre la concatenación del poroto. El unico remedio que se me ocurre es que te tomes unas copitas de quantreaux (se escribe así?), te pongas en pedo y mandes a todos a la mierda, mientras te saludás con unas caravanas en el espejo.